Las prácticas socioeducativas territorializadas

Desde el 2° cuatrimestre de 2017, hay, en LA facultad ,seminarios de grado destinados a estudiantes.Una instancia de enseñanza teórico-práctica que busca articular los contenidos curriculares con demandas sociales concretas.

Por Mirtha Lischetti

Coordinadora académica

Desde el CIDAC, junto con otros programas de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y con otras cátedras de dicha facultad comenzamos a dictar seminarios de grado, que tienen la particularidad de ser teórico-prácticos.

Se dan en las primeras clases los conceptos teóricos fundamentales para poder dar a conocer las prácticas territoriales que llevaremos a cabo y después empezarán a combinarse clases teóricas con actividades que realizaremos en conjunto con integrantes de organizaciones o instituciones que despliegan su quehacer en distintos barrios de nuestra ciudad.

Entendemos estas actividades como parte de un proceso de aprendizaje colectivo en el que participamos los que integramos el equipo docente de los diferentes seminarios, estudiantes que los cursan y miembros de organizaciones sociales, políticas, culturales, instituciones escolares o de salud y demás colectivos que se ocupan de distintas tareas para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de nuestros barrios del Sur.

“Y fue un trabajo de reflexión que tenía la pata en la acción, porque bajábamos a terreno, participábamos en los cursos, documentábamos todo, tomábamos registro, y de ahí íbamos a estos talleres, reflexionábamos sobre lo que estábamos documentando y volvíamos al terreno...”
ESTUDIANTE

Acordamos con ellos sobre cuáles son los problemas prioritarios, pensamos juntos en cómo resolverlos, realizamos investigaciones ad hoc entre todos, registrando y controlando con rigor todo el proceso, y llegamos al momento de la intervención consensuada del problema. Todo este proceso tiene distintos momentos que reciben un nombre específico. La detección del problema y el encuentro para tratarlo es el momento de la construcción de la demanda, realizar una investigación supone leer bibliografía, hacer registros de datos empíricos y reflexionar sobre todo el proceso. Este resultado luego es confrontado entre todos en el formato de taller. Aparece, entonces, el momento de la intervención, en el que se planifican las actividades que cada cual tendrá a su cargo. Este es un proceso lineal que no encontramos en el plano de la realidad. La realidad es controvertida, con tiempos ociosos, con reuniones improductivas, con discusiones duras, a veces con malos resultados, y también, por supuesto, con mejores resoluciones. Pero consideramos que es un aprendizaje valioso para todos ya que, por ejemplo, para los/as estudiantes, representa una oportunidad el enfrentarse a la complejidad de la realidad social en compañía de sus profesores. Poder descubrir, acompañado/a, los distintos aspectos de esa complejidad, la trama de relaciones sociales posibles, constituye una buena ocasión para aprender algo que de todos modos en algún momento se tendría que aprender, pero que tal vez se lo haga a solas, sin posibilidad de confrontar, explicitar dudas y evitar estrellarse sin remedio.

Estas modalidades de conocimiento, por supuesto, no son nuevas. Por estos tiempos están hablando nuevamente de ellas algunos pedagogos y científicos de la enseñanza superior. Acostumbramos a leer al brasileño Renato Dagnino, quien plantea que para innovar en el ámbito universitario habría que empezar por la “pata” de la extensión universitaria y, a partir de esa innovación, cambiar luego la investigación y la docencia, ya que de esta manera la universidad se orientaría por una práctica que buscara en la realidad que la circunda los problemas sociales que tienen que ser resueltos a través del conocimiento. Esta manera de proceder conduciría a producir conocimiento localmente, lo que se constituye en una condición necesaria, pero no suficiente. El conocimiento puede ser local, pero servir a los intereses de la clase dominante. Entonces, además de local, tendría que tratarse de un conocimiento que buscara la inclusión social de la población. La propuesta de Dagnino se completa al considerar la unificación de la ciencia con la tecnología, la cual conforma una nueva entidad, la tecnociencia, puesta al servicio de los sectores subalternos después del arduo trabajo que supone separarlas de su tradicional vinculación con los sectores de poder. La trayectoria de la innovación tecnocientífica para la resolución de los problemas de los sectores subalternos es un camino a recorrer.

“es parte del aprendizaje, de entender que el territorio te va a estar siempre interpelando y que vas a tener que modificar esa práctica o esa idea previa que vos tenías, redescubrir permanentemente todo."
ESTUDIANTE

En el CIDAC lo venimos haciendo desde hace ya diez años, en su doble dimensión: la formación de estudiantes, profesores/as y graduados/as, y el intento por mejorar la vida de las poblaciones del Sur de la ciudad, en el nivel local.

En la dimensión formativa, además de los seminarios internos de cada equipo de trabajo con los que se estructura el centro, podemos mencionar el dictado de distintos seminarios destinados a la formación: Universidad-Sociedad (2008 y 2013); Abordajes para la Acción Comunitaria (2009); Salud y Población (2011 y 2012); Sistematización de Experiencias (2012); Primer Seminario de Introducción a la Interculturalidad (2013); Ser parte de la trama: investigación y extensión en vinculación a procesos económicos populares (2016); Abordajes de Grupos en el Ámbito Comunitario (2016); Problemáticas socioeducativas en el marco de la investigación y de la extensión (2016); Interculturalidad, Migración y Derechos Humanos (2016), y un programa de posgrado, el Programa de Actualización: Universidad, Estado y Territorio. (2015. Convenio Filosofía y Letras-Feduba).

El trabajo desarrollado en los seminarios teórico-prácticos se fundamenta en las palabras del profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Marcelo Caruso: “aprender a pensar y elaborar nuevos conocimientos generalizables y específicos, desde los zapatos de los sujetos involucrados […] salir y generalizar lo localmente aprendido, sin abandonar la territorialidad que lo engendró”. Caruso también agrega: “la reflexión colectiva de experiencias que intentan transformar la realidad, es políticamente el antídoto frente al activismo irreflexivo que tiende a desenvolverse en procesos marcados por la voluntad y el entusiasmo generado por el advenimiento de condiciones favorables a la transformación social”. Con esto se alude a la difícil tarea que consiste en el hacer y pensar al mismo tiempo, al riesgo que se corre de quedar atrapado en la acción y relegar el momento de la imprescindible reflexión en el proceso de generar conocimientos para la transformación de lo histórico concreto.

Esperamos que se sigan acercando a este nuevo trayecto formativo para compartir las nuevas experiencias, y para recibir los aportes que cada cual traiga a fin de enriquecer colectivamente los procesos pedagógico-políticos que nos disponemos a recorrer todas y todos juntos.

“El territorio te interpela permanentemente, estar con gente te interpela y te dispara muchísimos interrogantes, volvés cómo... a veces más, a veces menos, pero volvés movilizado. Esta repregunta te la tenés que generar a partir de estar haciendo, porque desde la academia te quedás vacío.”
ESTUDIANTE

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