1.0-editorial

Editorial

No existen los espíritus sin su invocación. No podemos creer en la potencia que engendran sin buscar sus presencias con regularidad. El gualicho es, en principio, una energía incógnita que modifica.

Asumiendo todas las manifestaciones de ese gualicho, que hemos reconocido como “artístico”, “crítico” y “contracultural”, el Centro Cultural Paco Urondo viene llevando adelante distintos actos rituales para invocar esa fuerza. Las exhibiciones, la enseñanza, los conversatorios y los debates son parte de esos ritos.

Hoy damos una nueva forma a este espíritu: Gualichos es una publicación semestral nacida de las entrañas y el territorio del CC Paco Urondo con todo lo que deseamos proyectar desde el ámbito universitario hacia la comunidad: debates, reflexiones, perspectiva crítica. En resumen, necesidad de transformación. Por eso Gualichos es fundamentalmente una revista, es uno de esos intentos por concentrar la fuerza metamórfica de ciertos espíritus.

Empujados, como siempre, por las manifestaciones artísticas que mejor invocan esas energías, las artes visuales, la literatura, el teatro y el cine, entre otras, el Centro Cultural Paco Urondo inaugura así un nuevo espacio de discusión desde donde entender mejor las tensiones socio-culturales que nos van modificando. Y, como en todo llamamiento, Gualichos irá adoptando rasgos temáticos cambiantes en cada sesión. En este número inaugural damos lugar a una preocupación común por los debates y sentires respecto de los feminismos y sus manifestaciones culturales.

En primer lugar, el artículo de Graciela Morgade busca dar cuenta del objetivo estructural de Gualichos, es decir, el modo en que la Universidad Pública recibe en su seno (o se hace eco de) las preocupaciones y debates más contemporáneos y coyunturales. En este sentido es que Morgade, en alusión a la temática de este primer número de Gualichos, busca la matriz de la desigualdad de género en el ámbito universitario y las estrategias que se han realizado para contrarrestar tal situación.

Seguido a ello, Nora Dominguez teje una trama fundamental entre las manifestaciones masivas que llevaron adelante lo feminismos y un cuerpo de obras literarias para ofrecer una nueva vuelta de tuerca a las implicancias entre arte y política.

Buscando ampliar el debate y poniendo palabras a discusiones que circulan de mesa en mesa, de hogar en hogar, de calle en calle, Laura Arnés se pregunta por los peligros del punitivismo en el marco de las luchas feministas y abre con agudas preguntas nuevos interrogantes para mejorar las discusiones presentes.

La entrevista que Iztel Vargas, curadora del Museo Universitario del Chopo (UNAM, México DF), le realiza a la artista Lourdes Grobet presenta con gentileza la obra de la reconocida fotógrafa mientras deja en claro los objetivos que hermanan a los espacios culturales de las universidades públicas. En un sentido similar, la crónica de Laura Milano nos trae toda la circulación viva que produjo la película “Hijas del fuego” en un seminario dictado recientemente en la Facultad de Filosofía y Letras sobre arte, activismos y pornografía.

Finalmente las páginas de Gualichos abrazan la presentación del colectivo de artistas y trabajadoras de las artes “La Lola Mora” a través de un texto que toma el perfil de un manifiesto y un estado de situación de las luchas feministas en Tucumán dentro del campo cultural.

Emerge así, desde el espacio cultural de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA un nuevo ámbito para el encuentro y la reflexión definiendo el arte y las prácticas estéticas como hechos políticos.

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Centro Cultural Paco Urondo